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El desafío del modelo híbrido y cómo las empresas gestionan la presencialidad

A pesar de que la mayoría de los trabajadores en Argentina prefieren el modelo de trabajo híbrido, hay una gran diferencia con la realidad: el 83% continúa trabajando de manera totalmente presencial. La pregunta clave ahora es: ¿cómo se gestiona la presencialidad de forma estratégica?

El modelo híbrido combina lo mejor del trabajo remoto y la presencialidad. Pero ahora, el gran desafío es encontrar el equilibrio perfecto para maximizar la colaboración y la cultura de la empresa, sin descuidar el bienestar de los equipos y la calidad de vida que el Home Office brinda.

La mayoría de las organizaciones tienen en cuenta que el hecho de presenciar las oficinas no es un fin en sí mismo, sino una herramienta más para el éxito de la empresa y la satisfacción de sus empleados. Para eso la clave está en no replicar el pasado, sino en reinventar el propósito de la oficina.

Pero la pregunta clave ahora es: ¿cómo se gestiona la presencialidad de forma estratégica? Ya no se trata de «ir a la oficina» sin más, sino de darle un propósito claro a cada día de encuentro para que la experiencia sea valiosa para todos.

El objetivo es aprovechar la oficina para lo que el trabajo remoto no puede ofrecer; la colaboración genuina, la conexión personal y el fortalecimiento de la cultura empresarial. Esto no solo aumenta la productividad, sino que también mejora la satisfacción y el sentido de pertenencia de los empleados.

En Argentina se muestra una gran diferencia entre lo que quieren los trabajadores y lo que realmente tienen. Aunque el 50% de los empleados argentinos prefieren un esquema de trabajo híbrido, el 83% sigue trabajando de forma completamente presencial.

Un informe reciente destaca que, a pesar del interés en el trabajo híbrido, no todas las profesiones permiten esta modalidad, especialmente aquellas en producción, manufactura o atención al cliente, que exigen la presencia física.

Entre quienes sí pueden elegir, el 60% optarían por un modelo híbrido de dos días remotos y tres presenciales; el 20% elegiría tres días remotos y dos presenciales, y el otro 20% se queda con cuatro días remotos y uno presencial.

Hoy día, para que se reflejen los mejores resultados y se dé lugar al verdadero éxito en un modelo que sea híbrido se debe considerar que el éxito no está en la cantidad de días en la oficina, sino en la calidad de la interacción que se genera, tratando de encontrar un balance que potencie la colaboración, fortalezca los lazos y, sobre todo, cuide el bienestar de las personas, sin descuidar el objetivo de la Compañía.